¿Por qué deberías ir a Nepal sin ser un gran montañero?
Hace unos meses cumplí un sueño al viajar a Nepal. Durante mi viaje, un buen amigo se unió a mi aventura, una persona curiosa y al que le gusta viajar, pero que no siente por la montaña lo mismo que siento yo. Le pedí que escribiera una carta sobre su experiencia en este viaje tan peculiar y ha salido esto.
Hola Salvajes,
Esta es una carta de un no montañero sobre la experiencia de viajar a Nepal, para aquellos que en algún momento os hayáis planteado u os lo queráis plantear en un futuro. A la hora de viajar, hay tantas posibilidades sobre a qué destino podemos ir, que en ocasiones hasta se puede hacer difícil esta emocionante decisión.
Pero cada uno tenemos nuestros gustos y nuestras preferencias. La opinión que voy a compartir es la de una persona a la que le gusta viajar, conocer otras culturas y amante del deporte, pero no soy un montañero empedernido y de eso es de lo que quiero hablaros.
¿Por qué visitar Nepal, una región popular y un destino preferente para los amantes de la montaña, sin ser un apasionado de hacer grandes cumbres o trekkings?
Y es que Nepal es un destino exótico que ofrece mucho más que montañas. Ciudades encantadoras cada una a su manera, desde el transitado y caótico centro de Katmandú, repleto de comercios. Hasta la turística y más natural ciudad de Pokhara, donde podemos encontrar el lago Phewa tocando a la zona más comercial, varios templos y la Pagoda de la Paz Mundial. Otro de los lugares más atractivos que se puede visitar es Sauraha, un pueblo rural y tranquilo, donde se encuentra el parque Nacional de Chitwan. En este parque viven libremente tigres, elefantes, rinocerontes, cocodrilos y todo tipo de aves. Puedes adentrarte en el parque en jeep o canoa, incluso hacer el safari a pie, es una experiencia única y muy emocionante. Llegamos a encontrarnos cara a cara con un rinoceronte, un momento que no olvidaré jamás.
Algo a tener en cuenta es la distancia y el tiempo que se tarda en ir de un sitio a otro. Los trayectos en bus suelen hacerse un poco pesados, así que os recomendaría que hagáis el viaje en buena compañía.
Y dejando ya de lado lugares que visitar, otros aspectos por los que merece la pena ir a Nepal es por las personas que viven allí, gente muy hospitalaria y agradable que hacen que te sientas a gusto en todo momento.
En cuanto a su gastronomía, aunque para mi fue algo completamente nuevo y chocante, no me resultó difícil adaptarme y acabar disfrutando de sus mezclas de colores y sabores.
En definitiva, si buscáis un lugar que visitar próximamente, os guste o no la montaña, Nepal es un destino fantástico. Una mezcla de aventura, espiritualidad, paisajes y fauna espectaculares. Eso sí, aunque hacer un ascenso no entre en vuestros planes, existen opciones más asequibles y sencillas que te permitirán conocer el Himalaya más de cerca, conocer sus gentes y sus casas y poder disfrutar aún más un destino que no te dejará indiferente.
Atentamente, un NO montañero.